Ingredientes a conseguir:
1) Un puñado de hojuelas de avena (naturales o embazadas)
2) Un limón
3) Miel
4) Vinagre de manzana o jugo de pepino y tomate
– Antes que nada, debes lavarte la cara, así tienes el rostro limpio para lo que luego te aplicarás.
– Lo primero que debes hacer es tomar un puñado de avena y triturarlo lo más que puedas.
Aclaración: Siempre conviene avena natural antes que la embazada, porque tiene mejores propiedades ya que es “natural”. Pero ambos tipos de avena servirán. Continuando, hay que moler bien la avena. Puedes hacerlo con una batidora o licuadora así queda bien triturada.
1) Luego de obtener este estado debes tomar un limón y obtener su jugo en un recipiente, para luego mezclar la avena con el jugo de limón.
2) Con el rostro previamente limpio, se aplica la mezcla en las zonas que se quiere y con movimientos circulares durante unos segundos, los suficientes como para masajear bien la zona.
3) Luego dejar reposar la mezcla sobre la piel durante 10 minutos. Si molesta o arde, quitarla con agua tibia. Si te pasa esto, ten en cuenta que con el tiempo lograrás que la piel tolere cada vez más los efectos del limón.
4) Pasados 10 minutos se quita suavemente la mezcla, con una toallita de papel, no con agua.
5) Después de esto, se calienta un poco de miel en una cuchara, para que tome una consistencia más líquida y no tan dura. La miel debería estar tibia, ni fría ni caliente.
6) Luego te colocas la miel y la dejas reposar sobre la piel, entre 5 y 10 minutos. Pasado este tiempo te lavas la cara con agua tibia.
7) Por último colócate vinagre de manzana o jugo de pepino (mezclado con tomate si quieres) y déjalo sobre el rostro durante 10 o 15 minutos. Después de este tiempo, lo quitarás lavándote la cara con agua tibia.
Realizar este peeling una o dos veces a la semana. Los efectos tardarán en verse, porque es un peeling natural, pero se verán y lo importante es que no correrás los riesgos que si corres con un peeling químico de otro tipo.